viernes, 1 de noviembre de 2013

DESARROLLO SOCIAL NORMAL DE LA ADOLESCENCIA DR. ARNOLD GESELL


El Dr. Arnold Gesell en su obra ‘‘Juventud: de los años diez a los dieciséis’’ aporta el resultado de  investigaciones acerca de las leyes del desarrollo de la adolescencia.
Excepto en los casos de severas anormalidades biológicas, las hembras y los varones llegan a la madurez sexual e intelectual en los primeros años de la adolescencia y a la madurez física al final de ella. Cada uno de estos procesos inevitables de maduración es independiente del control personal; en consecuencia los verdaderos problemas de la adolescencia caen dentro de las zonas de madurez social, emotiva, moral y económica. Cierta maduración en estas zonas es también inevitable ya que las hormonas sexuales desempeñan su papel en la determinación de la madurez de los intereses y las actitudes del adolescente. En gran medida, es cuestión del mismo adolescente, su familia, sus amigos, su escuela y su sociedad determinar si habrá o no de llegar a ser un adulto total.

Progresos del adolescente hacia el alcance de los ocho elementos de la edad adulta

- Heterosexualidad. El adolescente debe primero generar un interés profundo en futuros consortes. Después debe de concentrarse en una sola persona como conyugue.

El apego a los adultos, comenzando naturalmente con los padres, es normal entre los niños hasta la edad de 8 ó 9 años. Después, durante unos cuantos años los niños se sienten profundamente atraídos por otros niños de su propia edad y sexo. Este estado homosexual es perfectamente normal. Es necesaria la liberación gradual del niño de los lazos emotivos que les unen a los padres y a los adultos que les reemplazcan. Se hace tan intensa que las hembras y los varones de 11 o 12 años se evaden los unos a los otros tanto como les es posible. La etapa siguiente del desarrollo sexual normal es un periodo de ‘‘enamoramientos y desenamoramientos’’ con muchos miembros del sexo opuesto. Esta transición o heterosexualidad puede producirse fácil y naturalmente si el medio ambiente contiene un número crecido de adolescentes potenciales. Sin embargo muchos factores pueden interponerse al desarrollo normal. Puede que el adolescente sea demasiado tímido para establecer los contactos sociales necesarios. Las hembras con profundo sentimiento de rivalidad en lo que se refiere a los varones pueden muy bien verse imposibilitadas de enamorarse de ellos.  Los  varones  con  fuerte atracción hacia sus madres pueden verse incapacitados de amar a otra mujer hasta que sus madres mueren y a veces ni siquiera entonces. Otros varones pueden abrigar demasiadas sospechas en cuanto a las hembras para enamorarse de algunas de ellas. En tales casos los varones y las hembras pueden regresar al amor homosexual. La etapa final del desarrollo sexual normal ocurre cuando el objeto de amor, o la persona que inspira el más profundo sentimiento de amor, se convierte en la única persona de, poco o más o menos la misma edad pero de sexo opuesto. La vinculación heterosexual permanente, después de un periodo de ‘‘tanteo’’, es la señal de adultez sexual.

-Independencia de la familia. El adolescente debe emanciparse gradualmente de sus ligaduras y de su dependencia del hogar de los padres.

Por muchos años que tengan las personas siguen siendo emocionalmente infantiles mientras salgan constantemente corriendo en busca de sus padres solamente en demanda de asistencia y comprensión. El verdadero adulto es aquel que se ha liberado totalmente de la tutela paterna, ama a sus padres, considera sus deseos, toma sus propias decisiones y vive su propia vida. Para que un adolescente se deshaga del apego de la niñez a la autoridad paternal, los padres deben aprender a renunciar al control que han estado ejerciendo durante una docena de años o más.  Todo lo que se haga por continuarlo resultara en adultos infantiles o muy rebeldes.

Son cuatro zonas las principales dentro de las cuales pueden ayudar a los hijos adolescentes a progresar hacia la madurez independiente, a saber: pueden ir aumentando gradualmente la asignación del adolescente para evitarle la humillante, poco digna y resentida necesidad de tenerles que pedir dinero.  Pueden abstenerse de tratar de escogerles a sus amigos. En cuanto sea posible, deben dejar que él mismo resuelva susdificultades. Finalmente deben dejar que sea él quien libremente escoja su propio conyugue o compañero. Cuando se ha establecido una vinculación permanente llega el momento de cesar el control paternal.

-Madurez emotiva. El adolescente debe pasar de formas infantiles a formas adultas de expresión emotiva. Debe aprender a no huir de la realidad. Debe de sustituir con reacciones racionales las reacciones emotivas, al menos en situaciones en que se repiten.

Ciertas personas jamás crecen. Los que han crecido son aquellos que no eluden las realidades y que no se encolerizan en situaciones triviales. Han pasado de la edad de los temores a las iras infantiles. Cada una de estas emociones tiene causas diferentes en edades distintas.  En los años iniciales de la niñez la ira resulta de conflictos relacionados con la diaria rutina y el sentido de propiedad. 
Las causas de la ira adolescente son principalmente de tipo social, el adolescente siente ira en situaciones que lo hacen sentirse ofendido, ridículo, avergonzado o turbado. Parece que el adulto se hace irritable solo cuando se le ofende en un sentido de justicia. Los temores de la niñez son generalmente de cosa materiales como la obscuridad, algunos animales, las alturas y los ruidos extraños. Algunos de estos temores pueden persistir en la adolescencia y hasta en la adultez. Generalmente sin embargo son reemplazados por nuevos objetos. Así en los años primeros de la adolescencia ambos sexos se preocupan más por las condiciones de la familia y en la escuela que por la capacidad personal. Los problemas económicos y los problemas de la salud. En la media adolescencia los diez motivos de ansiedades más frecuentemente mencionados son: vida escolar, vida hogareña, relacionarse entre hembras y varones, distracciones, amigos, opción vocacional, religión, salud, ropas y dinero. Al final de la adolescencia las cuatro preocupaciones más comunes son fracasar, herir los sentimientos de los demás, impresión que se hace en los demás y no trabajar con empeño suficiente, todas ellas del tipo de insuficiencia personal. Les siguen las preocupaciones acerca de la religión, defectos físicos, llegar tarde, obligaciones familiares, amigos y éxito en la vocación. 

Se han comprobado los cambios en las formas de expresar las emociones. La timidez, aumenta durante el periodo anterior y los primeros años de la adolescencia y declina después de los 13 ó 14. Pelear declina rápidamente de su punto culminante a los 7 y 8 años. Sin embargo, impertinencia y melancolía aumentan durante la adolescencia. Entre adultos, la expresión verbal de las emociones reemplaza casi por completo las otras formas de expresión.


-Madurez social. El adolescente debe aprender a llevarse y a trabajar bien con los demás. Debe desarrollar seguridad en sí mismo en cuestiones de gusto. Debe desarrollar tolerancia hacia las diferencias humanas.

El varón y la hembra adolescentes se dan cuenta precisa de las relaciones y presiones sociales. Esta sensibilidad les hace querer adaptarse a los gustos de su grupo. Reaccionan más rápido al prestigio dentro de su propio grupo que a la mayoría de las formas de aprobación adulta; son excesivamente leales a los demás miembros de su grupo y altamente críticos a quienes no los son. Entre los valores positivos que se adquieren en la participación de un grupo adolescente figuran la experiencia en conllevarse con los demás, experiencia en artes sociales, práctica en la evaluación de otras personas, sentimiento de lealtad y experiencia en hacer el amor en forma limitada y controlada. El único resultado negativo parece ser la generación de antagonismo hacia otros grupos. En general, el grupo parece ser una valiosa unidad de sociedad. Puede hacer más por propiciar el desarrollo social normal que padres y maestros conjuntamente.

Curso normal del desarrollo social desde la aparición de la pubertad hasta el final de la adolescencia:  
De: variedad e inestabilidad
Hacia: menos y más profundos intereses.

De: hablador, bullicioso, comportamiento audaz con gran numero de todos los tipos de actividades.
Hacia: comportamiento adulto masculino y femenino más digno y controlado.

De: persecución de la igualdad con alto respeto de las normas de igualdad.
Hacia: manifestación de cuadros adultos de cultura. 

De: deseos de identificación con los grupos de hembras y varones.
Hacia: identificación con grupos más pequeños y escogidos.

De: considerar como factor sin importancia los valores familiares en la selección de asociados.
Hacia: considerarlos importantes en la selección de asociados.

De: actividades sociales informales como fiestecitas.
Hacia: actividades sociales de una naturaleza más formal, como bailes.

De: salidas raras con compañeros del sexo opuesto.
Hacia: salidas frecuentes con compañeros del sexo opuesto y selección de un compañero permanente.

De: énfasis en el establecimiento de las relaciones entre hembras y varones. Amistades temporales. Muchas amistades.
Hacia: creciente preocupación con los preparativos para la propia vida adulta. Amistades duraderas. Menos pero más intimas amistades.

De: disposición de aceptar actividades que brindan la perspectiva de relaciones sociales.
Hacia: deseo de actividades de acuerdo con el desarrollo del talento, vocación, intereses académicos o afición.

De: poco discernimiento en el comportamiento.
Hacia: discernimiento creciente. 

De: aceptación de las disposiciones de reglas razonables.
Hacia: trazarse las reglas propias con el propósito definitivo a la vista.

De: atracción y repulsión conjuntas hacia los adultos.
Hacia: persecución de la igualdad con los adultos.

-Independencia económica. El adolescente debe de seleccionar el trabajo para el cual esté capacitado; después debe adiestrarse en el.

Escoger una ocupación, encontrar empleo y adaptarse a las condiciones del trabajo son problemas de la adolescencia media y de la final. Solamente aquellos que los han resuelto son económicamente adultos. El trabajo es la razón principal de la vida del adulto. La gente vocacionalmente infantil detesta todos los trabajos o un trabajo particular, cambia de empleo constantemente, no tiene interés en lo que está haciendo y jamás está satisfecho con el sueldo o las condiciones de trabajo. El adolescente considera como imposición el empleo permanente. Los adolescentes pueden estar desajustados vocacionalmente por una o varias razones: por tratar de dedicarse a un trabajo para el cual no tiene ni la necesaria vitalidad ni la resistencia necesaria; por aceptar un trabajo muy por debajo o muy por encima de su nivel mental; idealizar una vocación a tal extremo que le es imposible percibir su propia naturaleza; realizar algún trabajo que hace resaltar alguna característica en él que es preciso elegir; escoger una vocación por la cual hay muy poca o ninguna demanda durante su juventud; escoger una clase de trabajo por el cual no hay demanda; acometer adiestramientos que no podrá permitirse terminar; si es hembra, persuadirse a sí misma que tiene que ser una mujer de carrera cuando en realidad lo que quiere es ser madre de familia; llevar a cabo las impuestas ambiciones de sus padres; no tener objetivo vocacional de ninguna especie. El tipo de orientación necesario para evitar estas razones y causas de desajuste social puede obtenerse mejor de los consejeros vocacionales.

-Adultez intelectual. El adolescente debe aprender a requerir pruebas de lo que diga. Debe desear explicaciones; debe limitar el campo de sus intereses.

Durante los años de la adolescencia los varones se interesan especialmente en los viajes, deportes, televisión; animales domésticos, colecciones, la familia, leer y la escuela vienen después, seguidos de pintura, escribir, música, relaciones sociales y actividades al marco de los estudios. La iglesia y la escuela dominical vienen en último término. Con excepción del hogar y las actividades sociales que tienen cierta mayor fascinación para las hembras y los deportes algo menos, el mismo orden general es aplicable a las hembras. Muchos de estos intereses adolescentes se convierten en intereses de toda la vida. Algunos evolucionan en ocupaciones. De otra forma, las actividades adolescentes típicas no solamente dejan de interesar sino que aburren al adulto intelectual. Al mismo tiempo que se van modificando los intereses personales van aumentando las capacidades personales. Después de llegar a la madurez intelectual a los 16 ó 17 años, lo más probable es que el adolescente desarrolle independencia intelectual. Tendera a requerir pruebas de lo que se le presente y a pedir explicaciones.

-Uso del ocio. El adolescente debe desarrollar intereses que robustezcan mas no agoten sus energías. Debe aprender a leer bien y a explorar posibilidades de cultura para que el ocio sea útil.

Con la exploración del entorno el adolescente puede ampliar su conocimiento y aprender nuevas cosas de interés, mismas que a su vez le son de total agrado ya que en este caso es él quien las elige, las cuales podrá hacer prácticas y útiles para la preparación de la vida adulta, solo cuando el adolescente esté inmiscuido en este aspecto conseguirá estar listo para formarse su propia filosofía de la vida.

-Filosofía de la vida. El adolescente debe comenzar a desarrollar una actitud hacia la experiencia que dará contenido a su vida. Debe desarrollar un cuadro de ideales.

El adolescente quiere sentirse seguro y disfrutar de satisfacciones emotivas, algunos encuentran estas satisfacciones en las religiones tradicionales. Otros se ven impedidos de aceptar la religión por su aparente incompatibilidad con las ciencias que el adolescente tiene en gran estima. Para aquellos desconfiados de los motivos del mundo adulto, las ciencias parecen ser las únicas cosas dignas de confianza. Otros derivan hacia su autoridad simplemente en desafío de la autoridad paternal o religiosa. Unos cuantos, tienen las aptitudes intelectuales del verdadero científico. Algunos adolescentes adoptan actitudes sociales y políticas radicales. Les parece que reformar el mundo es mucho más fácil que reformarse a sí mismo. Algunos adolescentes afirman su individualidad adoptando posiciones impopulares  y reaccionarias. Adolescentes más modestos se enfrentan a la complejidad del universo con una actitud de perplejidad, su búsqueda de4 una filosofía unificada puede conducirlos a aceptarlos mismos rígidos sistemas que los revolucionarios adoptan, lo más probable es que la cambien por otra, tal vez religiosa, igualmente rígida. El adulto emotivamente maduro puede hacer frente a la complejidad y a los males del mundo. Lo posible le satisface aunque no llegue al punto del ideal aparente.
En conclusión puede decirse que la adolescencia termina cuando las personas alcanzan una madurez plena. Esto es se supone que tanto los individuos han desarrollado intereses heterosexuales; se han hecho independientes de la tutela paterna; han alcanzado independencia intelectual y económica; han aprendido a emplear el tiempo libre; logran ajustarse emotiva y socialmente a la realidad y han comenzado a formarse una filosofía de la vida.
  
Los adolescentes han alcanzado un desarrollo intelectual que les permite utilizar conceptos abstractos, por eso les gusta hablar de la justicia, y el sentido de la vida.

 También debe enseñarse a los jóvenes que la libertad y la responsabilidad deben ajustarse a sus criterios personales, a su propia voluntad y no a la presión del entorno; lo cual también requiere de un compromiso personal.



Teorías socio-Antropológicas de Adolescencia: Kurt Lewin , Allison Davis

La teoría de Kurt Lewin sobre el desarrollo Adolescente

La gran importancia en la teoría de Lewin
Kurt Lewin(1890-1947), psicólogo de la primera escuela de la Gestalt de Alemania; estaba convencido que todos los fenómenos psicológicos, inclusive los que se producen por única vez, acontecen según ciertas leyes que se cumplen en términos de probabilidad.
Un concepto clave de su teoría es que el comportamiento depende de esa persona y de su ambiente. Por lo tanto, un ambiente inestable durante la adolescencia puede producir inestabilidad en ese sujeto.
Por esta razón es necesario conocer los elementos del ambiente y personales en interacción de un niño, o sea su espacio vital, para comprender su conducta.
En ese espacio vital pueden existir objetos y metas que equivalen a fuerzas que pueden ser de rechazo o de atracción que producen un movimiento del individuo, acercándose o alejándose de sus objetivos y todo obstáculo producirá frustración
La característica del adolescente es el cambio acelerado de su espacio vital, en tanto que en el niño es más lento ya que su espacio vital no se encuentra todavía ni estructurado ni diferenciado.
En la adolescencia los jóvenes se encuentran ante la situación de no poder insertarse ni en los grupos de los adultos ni en los de los niños. Ignora su grupo de pertenencia y además son tratados con ambigüedad, porque no se les aceptan conductas infantiles ni tampoco adultas.
El adolescente se mueve dentro de un espacio vital sin estructura y su rol se le presenta confuso y difícil de distinguir con barreras difíciles de superar, inseguro de qué conducta es la apropiada para acercarse o alejarse de sus objetivos, transformándose en un ser marginal.
La falta de dirección en su espacio vital produce en el adolescente le produce crisis que se manifiestan con aislamiento e inhibición y también con agresividad y extremismo.
No sólo el ambiente de un adolescente cambia en forma rápida sino que también su cuerpo sufre notables cambios que agravan su sentimiento de inadecuación y lo desequilibran emocionalmente.
Mientras el niño y el adulto tienen un concepto claro del grupo al que pertenecen, el adolescente integra en parte el mundo infantil y en parte el adulto. “ a menudo los padres, maestros y otros miembros de la sociedad lo tratan de manera ambigua”. No se le aceptan ciertas conductas infantiles, pero a la vez determinadas conductas adultas tampoco se le son permitidas, o si se las permiten le son extrañas a el. El adolescente se encuentra en un estado de locomoción social y los campos psicológicos y social en el que se mueven no están estructurados. El individuo aún no posee clara comprensión ni de su estatus ni de sus obligaciones sociales y su conducta refleja esa inseguridad.
El hombre marginal también se comporta como un adolescente, como por ejemplo los miembros de todo grupo minoritario.
Un adolescente suele ser tímido pero agresivo, puede experimentar un conflicto interno con respecto a sus actitudes, valores, ideas o estilo de vida, tiende al extremismo y suele cambiar drásticamente su conducta.
La teoría del campo se interesa en el aspecto dinámico de la conducta adolescente presuponiendo la existencia de diferencias individuales y culturales que son las que trata de explicar, ya que la forma de vivir las experiencias varía enormemente de una persona a otra.
Cuanto más definidos estén los roles de los niños y de los adultos y cuanto más importantes sean las restricciones que limitan su actividad reduciendo su espacio de libre movimiento, más dificultades tendrá la transición de un período a otro.
Lewin explica y predice la conducta adolescente a través de las siguientes afirmaciones:
Timidez y sensibilidad, pero a mismo tiempo impulsos agresivos, debido a la falta de claridad y al desequilibrio de su espacio vital.
Como hombre marginal el adolescente experimenta un conflicto continuo entre las distintas actitudes, valores y estilos de vida, ay que debe seguir resolviendo situaciones mientras se traslada del grupo infantil al adulto. Sus ideas carecen de aceptación fuera del grupo de amigos
El conflicto de valores, actitudes e ideologías redunda en la magnificación de sus tensiones emocionales. Esta predispuesto a asumir posiciones extremas y cambiar drásticamente de conducta, se observan actitudes y acciones radicales y rebeldes

EL CONCEPTO DE ANSIEDAD SOCIALIZADA SEGÚN ALLISON DAVIS


En su libro Socialization and Adolescent Personality, Allison Davis define la socialización como el proceso por el cual el individuo aprende y adopta los modos, ideas, creencias , valores y normas de su cultura particular y los incorpora a su personalidad. Para Davis el desarrollo es un proceso continuo de aprendizaje, por medio de la intimidación y el castigo, de conductas socialmente aceptables. Cada sociedad o sus agentes socializadores, definen lo que ha de ser comprendido por conducta aceptable e inaceptable. La conducta se adquiere a través del aprendizaje social. El problema central de la teoría consiste en la comprensión de los efectos del aprendizaje social sobre el desarrollo del adolescente. El castigo, las amenazas y el retiro del afecto son empleados ampliamente para fomentar el desarrollo de formas aceptables de conducta e inhibir la expresión de las indeseables, el educando las anticipa prácticamente siempre que se encuentra ante una nueva situación de aprendizaje. Ese temor anticipado al castigo, resultado de repetidas experiencias de coacción social produce lo que se llama “ansiedad socializada”. Favorece la aceptación y es culturalmente útil. El adolescente aprende a aspirar a una conducta socialmente aprobada y a evitar todo comportamiento que pueda merecer castigo. El aumento de la ansiedad socializada es típico del adolescente de clase media, ya que, contra lo que sucede en otras clases sociales ya que el debe prepararse para el trabajo y la adaptación sexual. Además a medida que adquiere conciencia de sus propias necesidades sociales se vuelve mas sensible a sugestiones y presiones sociales. Este adolescente comienza a percibir cuales son los valores de su sociedad o grupo social. Y como su seguridad depende de la aceptación – prestigio y status social- su ansiedad ira en aumento y producirá un incremento en la lucha por la obtención de objetivos socialmente deseables. El adolescente de clase baja no desarrolla el mismo nivel de ansiedad por mejorar su rendimiento y postergar el placer inmediato con vistas a objetivos de largo alcance. 

Teorías Psicosexuales : Sigmund y Ana Freud- Otto Rank- Erick Erickson


TEORIA PSICOALITICA SIGMUND FREUD
Freud sostiene que el individuo repite experiencias anteriores del género humano en su desarrollo psicosexual.
Consiste en un conjunto de teorías que tratan de demostrar las pulsiones que motivan el comportamiento y que son ignoradas por el sujeto.
Partiendo del concepto de la existencia del inconsciente, donde según Freud se encuentran reprimidos los traumas infantiles, utiliza inicialmente la hipnosis para acceder a los contenidos inconscientes; pero posteriormente cambia esta técnica y recurre a la asociación libre y a la interpretación de los sueños, obteniendo los mismos resultados.
La teoría de Freud sostiene que el niño atraviesa cinco fases definitivas en los primeros cinco o seis años de vida y solo dos más en   los quince años siguientes de la niñez y de la adolescencia.
Fase Oral.-Comprende los doce-dieciocho primeros meses. Esta primera fase libidinosa está relacionada con el placer del bebé en el momento de la alimentación , en la que tanto labios como boca tienen un papel preponderante. La satisfacción ligada en un primer momento al acto de comer, adquirirá pronto autonomía, como en el caso del chupeteo, y se convertirá a su vez, en el prototipo inicial de toda satisfacción.
Fase Oral-sádica.- Es considerada una segunda etapa de la fase oral, coincidente con la aparición de la dentición y, por tanto, ligada al acto de morder. Dado que la nueva adquisición tiene un sentido destructivo, da lugar a la aparición del concepto de ambivalencia (relación de amor-odio respecto a un mismo objeto).
Fase Anal.- Se extiende, aproximadamente, entre los dieciocho meses y los cuatro años. La actividad anal adquiere unas connotaciones libidinosas. El ano se constituye en la zona erógena (fuente corporal de excitación) por excelencia. Otra característica de esta fase es la aparición de la polaridad actividad- pasividad, ligada a la posibilidad tanto de retener como expulsar los excrementos.
Etapa fálica.- Durante esta fase, el pene en el varón, y el clítoris y los genitales externos de la niña, pasan a ser las zonas erógenas dominantes. La experimentación y la curiosidad sexual, se acompaña de sensaciones por lo general placenteras, que en el varón se manifiestan con maniobras masturbadoras, en tanto en la niña, pasan mas frecuentemente inadvertidas, y con un menor grado de conciencia.
Otro hecho fundamental en esta etapa del desarrollo son las relaciones amorosas con ambos padres. La elección del amor, se realiza sobre la figura parental del sexo opuesto, y es así, como se convierte el complejo de Edipo en el factor capital de la maduración sexual.
Periodo de latencia.- En esta etapa, que llega hasta la pubertad, según Freud alrededor de los 6 a 8 años, el desarrollo sexual pasa por un periodo de detención o una regresión que en ambos casos, es más favorable, que recibe el nombre de periodo de latencia.
Etapa genital.- Después del periodo puberal, que va desde los 10 años, hasta el comienzo de la pubertad, en edades que varían entre los 12 o 13 años. Esta etapa, es considerada en la teoría psicoanalítica en último escalón en la teoría psicoanalítica de la persona. Con la llegada de la pubertad, los cambios físicos y el empuje hormonal que los provoca, y la madures genital, no implica aun la madurez mental.
Según Freud, el complejo de Edipo, es un conjunto de organizado de deseos y sentimientos amorosos hostiles, que el niño o la niña experimentan con respecto a sus padres. El complejo de Edipo, es vivido en el niño entre los tres y los cinco años de edad durante la etapa fálica del desarrollo. El niño se encuentra en permanente contacto con su madre desde siempre, y al llegar este niño a la etapa fálica, los deseos hacia la madre se acrecientan y el niño la desea para él, como objeto de amor y el padre pasa a ser visto entonces como un rival superior para el amor de la madre. Al aumentar la rivalidad con el padre.
Esta situación es resuelta a través de la identificación del niño con su padre, es decir que el niño toma para sí aquellos aspectos del padre, que hacen que este sea un rival superior para el amor de la madre. De este modo, a través de la identificación con el padre, el niño pasa a ganar en su fantasía el amor de la madre.

 MECANISMOS DE DEFENSA -ANNA FREUD

Para Ana Freud el desarrollo de las funciones sexuales tiene una influencia psicológica directa en la personalidad y provoca un desequilibrio psíquico, produciendo en los adolescentes conflictos internos.
Durante el proceso del desarrollo del Superyo, en la etapa de la latencia, el niño asimila los valores y la moral de las personas importantes con las cuales se ha identificado, como por ejemplo su padre. De modo que el miedo al mundo externo se convierte en ansiedad interior producida por el Superyo o conciencia y sentimientos de culpa cada vez que su comportamiento no está de acuerdo a su sentido del bien y del mal.
Ana Freud sostiene que en el comienzo de la pubertad aparece un segundo Complejo de Edipo que provoca el mismo miedo a la castración en los varones y envidia del pene en las mujeres, que en el primero.
En este período los impulsos edípicos se pueden llegar a fantasear y la ansiedad del superyo acciona los mecanismos de defensa del yo que son la represión, la negación y el desplazamiento, que vuelven los impulsos libidinales contra si mismo, provocando temores, ansiedad y síntomas neuróticos.
Esta condición conduce a comportamientos que van de las gratificaciones sexuales perversas y el comportamiento agresivo y hasta criminal, en el caso de triunfar el ello, a los rasgos de ascetismo e intelectualización y la acentuación de síntomas neuróticos e inhibiciones cuando el éxito es del yo.
El ascetismo es debido a la desconfianza del adolescente contra los deseos instintivos que trasciende la sexualidad y llega a la comida, el sueño y la vestimenta. Así como el aumento de intereses intelectuales y la preferencia por intereses abstractos en lugar de concretos.
Ana Freud supone que un equilibrio armonioso entre el ello, el yo y el superyo es posible y lo demuestran la mayoría de los adolescentes normales

Otto Rank – La voluntad

Nacido en Viena y formado en la universidad de esta ciudad, fue uno de los primeros discípulos de Sigmund Freud, además de su secretario desde 1905.
Se distanció de Freud al atribuir el desarrollo de las neurosis a la experiencia traumática del nacimiento (según él, la más intensa en la vida de una persona) y no al complejo de Edipo.
La insistencia de Rank en torno de la necesidad de independencia del adolescente.
Rank enfocó el desarrollo humano desde un punto de vista más positivo: consideró la naturaleza humana no como reprimida y neurótica, sino como creadora y productiva.
Criticó la importancia que Freud daba al inconsciente como depósito de experiencias e impulsos del pasado. Rank invirtió esta suposición y volvió al yo consciente como propio del psicoanálisis.
El concepto nuclear de su teoría es la voluntad, un factor positivo, una fuerza que forma activamente el sí mismo y modifica el medio. Por voluntad comprendía una organización positiva de guía e integración del sí mismo que utiliza en forma creadora los impulsos instintivos y al mismo tiempo los inhibe y controla.
El yo ya está preso entre las fuerzas instintivas del ello y el superyó impuesto desde afuera; es más fuerza dominante que utiliza y dirige en ambos. Rank se opuso energéticamente a una interpretación que identifica su concepto de voluntad con el concepto freudiano de “deseo”. Aunque está más estrechamente relacionado con el concepto freudiano del “yo”, los dos son sinónimos, puesto que Rank asigna mayor importancia a la elección y a la actividad.
En la primera adolescencia, el individuo sufre un cambio básico de actitud, empieza a ponerse a la dependencia, tanto al régimen de los factores ambientales externos (padres, maestros, códigos, etc.) como al de los deseos internos, los impulsos instintivos que acaban de despertar en él. El establecimiento de su independencia volitiva, cosa que la sociedad valoriza y exige, llega a ser una tarea importante pero difícil para el adolescente en desarrollo. Esta nueva sociedad de independencia y la lucha por alcanzarla constituyen la raíz de muchas relaciones personales del adolescente y de las complicaciones consecuentes.
El comienzo de la pulsión fisiológica sexual en la pubescencia amenaza la independencia recién establecida. Esta amenaza no proviene de personas o fuerzas exteriores, sino de una necesidad de restricciones e inhibiciones sexuales externas, puesto que, en la lucha, la propia voluntad del individuo trata de lograr la independencia contra la dominación de las necesidades biológicas.
Pero a medida que va despertando en el individuo en el período de la pubertad, la sexualidad constituye una fuerza incompatiblemente superior al conjunto de las autoridades exteriores. Están fuerte y domina al individuo a tal extremo que pronto éste comienza a defenderse contra esa dominación, precisamente porque es una dominación, algo que interfiere, de manera dictatorial, su propia voluntad y aparece como una contravoluntad nueva, ajena y más poderosa justamente cuando el yo está siendo fortalecido por la pubertad. La razón por la cual el individuo se defiende tan enérgicamente contra ella reside en que el impulso sexual biológico lo sometería nuevamente el régimen de una voluntad extraña, la sexual. Precisamente en un momento en que el yo ha empezado a respirar con un poco más de libertad, liberándose un poco de la presión de voluntades autoritarias ajenas.
La primera de esas etapas consiste en liberar la voluntad tanta de las fuerzas exteriores como de las interiores que la dominan.
La segunda etapa se caracteriza por la división de la personalidad. Existe una desunión entre la voluntad y la contravoluntad.
La tercera etapa del desarrollo es la integración de la voluntad, la contravoluntad y la formación de ideales.
De ello desprende, un poco paradójicamente, que el neurótico que tal vez se encuentre en la segunda etapa ha alcanzado una forma superior de desarrollo psicológico que la persona que fue normal en la primera etapa pero que sacrifico durante la segunda la creatividad y los ideales individuales para llegar en la tercera a la quietud de la adaptación conformista al mundo externo. Hay dos aspectos de la personalidad que pueden impedir que un individuo pase de la segunda etapa a la tercera: la culpa, que inmoviliza su voluntad, y la desintegración, que influye tanto en sus relaciones externas con los demás como en su concepto de si mismo y de la estructura del yo.


Erick Erickson

·   Erick Erickson (1902-1994 ) : Fue un psicoanalista Alemán que postuló la Teoría del Desarrollo Psicosocial . Enfatizó que la personalidad está influenciada por la sociedad . Él expuso que el desarrollo del yo dura toda la vida . Fue el pionero del Ciclo Vital . Éste consta de 8 etapas. Todas las etapas deben ser resueltas satisfactoriamente para lograr un desarrollo saludable del yo.
·   Etapas Psicosociales de Erickson
  * Confianza básica frente a desconfianza (del nacimiento a los 12 0 18 meses) - El bebé desarrolla un sentimiento sobre si el mundo es un lugar seguro. Desarrolla un sentido de confianza en la madre,como representante del mundo. Esta confianza forma un cimiento sólido para el futuro. Su confianza está en el mundo exterior.
  * Autonomía frente a verguenza (12 0 18 meses a los 3 años) – El niño desarrolla un equilibrio de independencia y autosuficiencia sobre la verg űenza y duda. Cambio del control externo sobre él a uno de autocontrol. Usa sus propios jucios. Controlan su mundo. Ponen a prueba sus ideas, ejercitan sus preferencias y toman sus decisiones. Esto los manifiestan en su negativismo. Son esfuerzos normales y saludables para alcanzar la independencia.
·   Cont. Etapas Psicosociales - Erickson
  * Iniciativa frente a culpa (3 a 6 años) – El niño desarrolla inciativa cuando intenta nuevas actividades y no es abrumado por la culpa. Siguen sus metas y hacen un balance entre lo que es permitido o no.
  * Laboriosidad frente a inferioridad – (6 años a la pubertad) – El niño debe aprender habilidades de la cultura o experimentar sentimientos de inferioridad. Comienza el desarrollo de la autoestima. Comparan las habilidades con las de sus pares. Si su habilidad no está a la par con su pares su autoestima se afecta y buscan la protección de sus padres.
  * Identidad frente a confusión de identidad (pubertad a los primeros años de la edad adulta temprana) – Comprende el período de la adolescencia. El adolescente desarrolla un sentido
·   Cont. Etapas Psicosociales - Erickson
  * coherente del yo, incluyendo el papel que juega en la sociedad. Éstos deben establecer y organizar sus habilidades, necesidades e intereses y deseos de forma que se puedan expresar socialmente. La naturaleza caótica del adolescente se debe a su conflicto de identidad. Lograr la identidad significa que han resuelto los siguientes problemas: 1) elección de una ocupación 2) adopción de valores en qué creer y porqué vivir 3) desarrollar una identidad sexual satisfactoria o definida . Los adolescentes son relativamente alegres, hacen sus compromisos y muestran fidelidad a sus pares.
  * 6. Intimidad frente a aislamiento (20 a 40 años – edad adulta temprana) En esta etapa hacen compromisos con otros (amor); terminan sus carreras. Si no logran se aislan de la sociedad.
·   Cont. Etapas Psicosociales - Erickson
  * Generatividad frente a estancamiento (40 a 65 años – edad adulta intermedia) – Establecer y guiar la siguiente generación (dar consejos). Si no logran esto caen en un empobrecimiento general.
  * Integridad del yo frente a desesperación (65 años en adelante – edad adulta tardía) – Aceptan su vida como una productiva o se desesperan por la incapacidad de volver a vivirla.
·   Implicación en la Educación
  * La teoría Psicosocial del Erickson tiene implicaciones educativas en las siguientes areas: diseño currícular, diseños de planes diarios,disciplina, enseñanza dirigida, orientación y apoyo, entre otros . El maestro debe ofrecer al estudiante experiencias educativas que los ayuden a resolver sus problemas, a desarrollar su autonomía y a tomar decisiones. Se le debe ofrecer apoyo y ayuda especial en las siguientes áreas: disciplina, autocontrol, conducta, estado emocional, problemas de identidad, solución de problemas, adaptación, aceptación, actitudes, valores, interacción con otros, expresión oral, aprendizaje, lenguaje y otros . El desarrollo pleno en todas estas áreas ayudará a los estudiantes a lograr la autonomía y una autoestima saludable.
·   Ejemplos prácticos de aplicación en la sala de clase con la Teoría Psicosocial
  * Visión Curricular: Ofrecer interacciones apropiadas a los estudiantes de manera que desarrollen una autoestima saludable y un desempeño social y emocional adecuado para su edad.
  * Trabajos colaborativos (en grupos)
  * Proyectos a realizar en la comunidad
  * Giras
  * Planeación con la maestra de actividades – toma de decisiones
  * Juegos libres
  * Estimularlos a entrar en organizaciones estudiantiles como:
        * Deportes   * Música, teatro, dibujo
        * Matemáticas, Ciencias, Estudios Sociales, entre otros
        * Organizaciones en la comunidad: Iglesia, deportes, política, grupos de apoyo 

Teorias de adolescencia

PRINCIPALES TEORIAS DE LAS ADOLESCENCIA
La palabra deriva del griego θεωρειν,"observar" o más bien se refiere a un pensamiento especulativo. Al igual que la palabra especular, tiene relación con "mirar", "ver". Proviene de theoros (espectador), formada de thea (vista) y horar (ver). De acuerdo con algunas fuentes, theorein era frecuentemente utilizado en el contexto de observar una escena teatral, lo que quizá explica el porqué algunas veces la palabra teoría es utilizada para representar algo provisional o no completamente.
Una teoría es un sistema lógico-deductivo constituido por un conjunto de hipótesis o asunciones, un campo de aplicación (de lo que trata la teoría, el conjunto de cosas que explica) y algunas reglas que permitan extraer consecuencias de las hipótesis y asunciones de la teoría. En general las teorías sirven para confeccionar modelos científicos que interpreten un conjunto amplio de observaciones, en función de los axiomas, asunciones y postulados, de la teoría.
 
   TEORÍA BIOGENETICA DE STANLEY HALL

Fue uno de los primeros psicólogos que utilizó métodos científicos para su investigación.
Inspirado en la teoría evolucionista de Darwin elaboró la teoría psicológica de la recapitulación, que sostiene como principio que la historia de todos los hechos de la humanidad se ha integrado al sistema genético de cada hombre.
Por lo tanto, la ley de recapitulación dice que el desarrollo de cada organismo humano se realiza en etapas similares a los períodos históricos, es decir que un ser humano comienza su vida a partir de un comportamiento primitivo y salvaje y va transformándose hasta llegar a una forma de vida más civilizada en su madurez. Se puede deducir desde esta teoría, que el desarrollo del hombre comprende patrones de comportamientos que no se pueden evitar, que no cambian, que son universales y que no dependen de la sociedad ni de la cultura.
Este punto de vista fue muy cuestionado tanto por los antropólogos culturales como por los sociólogos, por ser una postura de carácter extrema que no podía sostenerse.
La idea de Hall propiciaba la práctica de la tolerancia de las conductas inaceptables por parte de padres y educadores ya que las consideraba como etapas necesarias del desarrollo, asegurando a la vez que dichos comportamientos intolerables desaparecían espontáneamente en la etapa siguiente. Las etapas evolutivas que propone Hall son: infancia, niñez, juventud y adolescencia.
Etapa de la infancia. Corresponde desde el nacimiento hasta los cuatro años representando la etapa animal de los humanos, cuando la especie utilizaba cuatro patas para movilizarse, predominando en ese período el desarrollo sensorio motor.
Etapa de la niñez. Entre los cuatro y los ocho años, representando a la época de los cazadores y recolectores, etapa en que el niño se comporta en forma similar al modo de vida del hombre de las cavernas.
Etapa de la juventud, o pre adolescencia. Entre los ocho a los doce años, el joven reitera la vida rutinaria del salvajismo. Este es el período en que un individuo está predispuesto a adaptarse, a la ejercitación, el adiestramiento y la disciplina. Es el momento óptimo para el aprendizaje de todo tipo.
Etapa de la adolescencia. Es la etapa comprendida entre los doce o trece años, la pubertad, hasta la adultez, tardía para Hall, entre los 22 y 25 años. Hall describe a la adolescencia como un período de de “tormenta e ímpetu”, términos extraídos de una etapa de la literatura alemana idealista, revolucionario, sentimental, apasionado y trágico.
Para Hall, la adolescencia es un segundo nacimiento porque es cuando aparecen las características esencialmente humanas.
El adolescente vive una vida emotiva, con tendencias contradictorias. Puede expresar mucha energía y actividad desmedida y alternativamente mostrarse indiferente y desganado. Pasar de la euforia a la depresión, de la vanidad a la timidez, del egoísmo al altruismo idealista.
Es una etapa de pureza y de tentación en que el adolescente desea la soledad pero al mismo tiempo necesita integrar grupos y tener amistades, que suelen tener gran influencia sobre él.Puede ser dulce a veces y muy cruel otras, apático y entusiasta.El adolescente desea encontrar ídolos pero rechaza la autoridad.
En el final de la adolescencia se recapitula el comienzo de la civilización moderna, y allí termina el proceso evolutivo, llegando a la madurez

martes, 15 de octubre de 2013

Perspectivas de la Adolescencia y primera Juventud
Primer Parcial

Objetivos:
  • Analizar críticamente los contenidos pertenecientes a la unidad 1 y 2
  • Construir una definición propia de adolescencia desde la experiencia propia en la sociedad y cultura a la que pertenece

1)    A partir del análisis del film “Educando a Mama” que puedes encontrar en la siguiente dirección web http://www.youtube.com/watch?v=udfqHB6lmjM  responde:
a)    ¿Cuál es la definición de adolescencia que se presenta en el film?
b)    ¿La serie de pasos que la adolescente propone seguir para lograr su libertad cuáles son? Comenta cada una  relaciona con la teoría de los duelos del adolescente presentada por Arminda Arberastury , y desde la teoría de los duelos del adolescente postmoderno de Guillermo Olbiols .
c)    Elija uno de los siguientes artículos periodísticos y realice un breve comentario acerca del mismo, relacionándolo con la concepción de adolescencia pos moderna del autor:
 “Los jóvenes y sus golosinas digitales”. Página 12.
 “No te quedes con ganas de nada”. Página 12
d)    ¿Cómo se explicaría la situación – problema  entre madre Hija desde las posturas teóricas de: Yuni-Urbano , Cafarelli, Quiroga?
2)    Desarrolle la temática entre el ser y el parecer de Constanza Cafarelli y relacione con alguna escena de la película que le haya llamado especialmente la atención.

3)    Elabore cinco preguntas que se realizaría si tuviese como objeto de estudio científico a los adolescentes- Reflexione sobre las mismas y respóndalas a través de imágenes tomadas a adolescentes en nuestra ciudad, elaboradas por usted. 

sábado, 14 de septiembre de 2013

DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EN LA ADOLESCENCIA



El adolescente da un paso más en el campo del pensamiento respecto a etapas anteriores, esto le va a permitir concebir los fenómenos de manera distinta.
Este pensamiento esta caracterizado por una mayor autonomía y rigor en su razonamiento, es lo que Piaget denominó como estadio de las operaciones formales.
Este estadio se asienta sobre la base de las operaciones concretas ya presente en la niñez, se inicia a partir de los 11-12 años, se consolida hacia los 14-15 y se extiende hasta la edad adulta, podríamos decir, basándonos en la teoría de Piaget, que es el estadio final del desarrollo cognitivo o de la inteligencia.
En lo que respecta a la etapa de las operaciones formales, el razonamiento no se produce ya únicamente sobre lo concreto, sino también sobre lo posible o hipotético. Los adolescentes, se abren paso así para la lógica y las matemáticas y la elaboración propia del conocimiento científico.
En este período se da el máximo desarrollo de las estructuras cognitivas, el desarrollo cualitativo alcanza su punto más alto.
De acuerdo a lo señalado, el adolescente que llegue a este estadio puede utilizar supuestos en situaciones de resolución de problemas.
Distingue entre acontecimientos probables e improbables y puede resolver problemas hipotéticos, así como los que exijan el uso del razonamiento proporcional.

En las operaciones formales la realidad es concebida como un subconjunto de lo posible, siendo ésta una característica que diferencia las estrategia cognitivas utilizadas por el adolescente y adulto respecto al niño del estadio anterior.
El sujeto que se encuentra en el estadio de las operaciones concretas sólo es capaz de pensar sobre los elementos de un problema tal y como se lo presentan.
Por otro lado, el adolescente situado en las operaciones formales, ante el mismo problema, es capaz de preveer todas las situaciones y relaciones posibles entre sus elementos.
Sin embargo, esto no significa que todos los adolescentes o adultos alcancen obligatoriamente este nivel del desarrollo cognitivo.
Aspectos como la privación de una educación en los años que sigue a la niñez tiene como resultado no llegan nunca a alcanzar este tipo de razonamiento.



Los Duelos de la Adolescencia





Adolescencia, Posmodernidad y Escuela Secundaria
Por: Guillermo, A. Obiols y Silvia Di Segni de Obiols
Los duelos en la adolescencia
Para Arminda Aberastury, la adolescencia debía realizar como tareas propias, tres procesos de duelo, entendiéndose por tal el conjunto de procesos psicológicos que se producen normalmente ante la pérdida de un objeto amado y que llevan a renunciar al objeto. Los procesos que se suceden en el duelo se han dividido en tres etapas:
1. La negación, mecanismo por el cual el sujeto rechaza la idea de pérdida, muestra incredulidad, siente ira. Es lo que nos lleva a decir: "No puede ser que haya muerto, lo vi ayer por la calle", cuando inesperadamente recibimos la noticia de la muerte de un amigo, aunque sepamos que hay muchas maneras de morir en pocas horas.
2. La resignación, en la cual se admite la pérdida y sobreviene como afecto la pena.
3. El desapego, en la que se renuncia al objeto y se produce la adaptación a la vida sin él. Esta última etapa permite el apego a nuevos objetos.
Volviendo a Aberastury , el adolescente tenía que superar tres duelos para convertirse en adulto:
1. El duelo por el cuerpo infantil. El adolescente sufre cambios rápidos e importantes en su cuerpo que a veces llega a sentir como ajenos, externos, y que lo ubican en un rol de observador más que de actor de los mismos.
2. El duelo por el rol infantil y la identidad infantiles. Perder su rol infantil le obliga a renunciar a la dependencia ya aceptar responsabilidades. La pérdida de la identidad infantil debe reemplazarse por una identidad adulta y en ese transcurso surgirá la angustia que supone la falta de una identidad clara.
3. El duelo por los padres de la infancia. Renunciar a su protección, a sus figuras idealizadas e ilusorias, aceptar sus debilidades y su envejecimiento.
Aberastury añade un cuarto duelo, al que parece otorgarle menor entidad, el de la pérdida de la bisexualidad de la infancia en la medida en que se madura y se desarrolla la propia identidad sexual. Propone también que la inclusión del adolescente en el mundo adulto requiere de una ideología que le permita adaptarse o actuar para poder cambiar su mundo circundante. El adolescente descripto por Aberastury se va adaptando a los cambios de su cuerpo a partir de la aparición de los caracteres sexuales secundarios, las poluciones en los  varones, la menarca en las mujeres. Presenta durante este proceso un cuerpo en el cual aparecen simultáneamente aspectos de niño y de adulto. El collage aparece también en su personalidad. No quiere ser como determinados adultos mientras que elige a otros como ideales. En ese camino se presenta como varios personajes ya sea ante los propios padres o ante personas del mundo externo. Tendrá múltiples identificaciones contemporáneas y contradictorias. La desidealización de las figuras de los padres lo deja desamparado.
Necesita remediar ese desamparo y el descontrol de sus cambios inexorables con un aumento de la intelectualización. Buscar soluciones teóricas a sus problemas es un modo de controlar la angustia.
Pero Aberastury se pregunta sobre este punto:
"¿Es así sólo por una necesidad del adolescente o también es una resultante de un mundo que le prohíbe la acción y lo obliga a refugiarse en la fantasía y la intelectualización?"
Dentro de ese proceso de pensar el futuro, el adolescente se plantea el problema ético, busca nuevos ideales y lucha por conseguirlos. Esta crisis total encuentra solución transitoria refugiándose en la fantasía, en el mundo interno, incrementando la omnipotencia narcisista que le lleva a pensar que no necesita del mundo externo.
Todas estas conceptualizaciones las refería Aberastury a los adolescentes de fines de la década del ‘60 de los que decía:
"En este momento vivimos en el mundo entero el problema de una juventud disconforme a la que se enfrenta con la violencia, y el resultado es sólo la destrucción y el entorpecimiento del proceso.
“La violencia de los estudiantes no es sino la respuesta a la violencia institucionalizada de las fuerzas del orden familiar y social”.
“Los estudiantes se rebelan contra todo nuestro modo de vida rechazando las ventajas tanto como sus males, en busca de una sociedad que ponga la agresión al servicio de los ideales de vida y eduque las nuevas generaciones con vistas a la vida y no a la muerte”.
"La sociedad en que vivimos con su cuadro de violencia y destrucción no ofrece suficientes garantías de sobrevida y crea una nueva dificultad para el desprendimiento. El adolescente, cuyo signo es la búsqueda de ideales y de figuras ideales para identificarse, se encuentra con la violencia y el poder: también los usa." El adolescente de esa época luchaba, y llegaba a hacerlo violentamente, en el frente interno de su hogar para lograr tres libertades: la libertad en salidas y horarios, la libertad de defender una ideología y la libertad de vivir  un amor y un trabajo; en el frente externo, en la sociedad, prefería renunciar a comodidades detrás de aquellos ideales que consideraba acertados.
Este tema nos lleva a la cuestión tan vapuleada de las ideologías por lo menos de ese conjunto de ideas acerca del mundo que algunos autores han considerado tarea constitutiva de la adolescencia.
10. ¿Hay duelos en la posmodernidad?
La posmodernidad ofrece una vida soft, emociones light, todo debe desplazarse suavemente, sin dolor, sin drama, sobrevolando la realidad. Es lícito entonces preguntarse si, dentro de ese marco, hay lugar para los duelos en la medida en que éstos son dolorosos, implican una crisis seria, tristeza, esfuerzo psíquico para superarlos.
Consideremos cada uno de los duelos postulados en su momento por Arminda Aberastury como procesos inherentes al pasaje por la adolescencia:
a. El duelo por el cuerpo perdido
El adolescente de la modernidad se encontraba perdiendo el idealizado y mimado cuerpo de la infancia, teniendo en perspectiva un período glorioso de juventud y lejos aún de lograr un cuerpo con características claramente adultas. El bebé, el niño eran modelos estéticos, se los pintaba, esculpía, grababa, para no perder ese momento de máximo esplendor, esa cercanía con la belleza angelical. El adulto joven constituía el ideal estético por excelencia y el adulto maduro por su parte alcanzaba un cuerpo con características claramente definidas: las mujeres debían tener un cuerpo redondeado, un poco pesado, matronal, que daba cuenta de su capacidad de procrear y su dedicación a la casa y crianza de sus hijos. Iría luciendo con los años canas, arrugas y kilos, no como vergüenza sino por el contrario como muestra de honorabilidad y fuente de respeto. Por su parte los hombres también adquirían kilos, abdomen o ambos, lentes, arrugas, calvicie, bigotes o barbas canas que les darían un aspecto digno de la admiración de las generaciones más jóvenes.
En ese contexto el adolescente lucía un aspecto desgraciado. Nada se encontraba en él de admirable, estéticamente rescatable. Es cierto que aún hoy nadie postula como admirable la cara cubierta de acné ni los largos brazos o piernas alterando las proporciones, pero también es cierto que la mirada que cae hoy en día sobre el adolescente es muy diferente. Su cuerpo ha pasado a idealizarse ya que constituye el momento en el cual se logra cierta  perfección que habrá que mantener todo el tiempo posible. Modelos de 12, 14 ó 15 años muestran el ideal de la piel fresca, sin marcas, el cabello abundante y brillante, un cuerpo fuerte pero magro, tostado al sol, ágil, en gran estado atlético, en la plenitud sexual, un modelo actual que no responde al ideal infantil ni adulto típico de la modernidad.
Si, clásicamente, la juventud fue un "divino tesoro" porque duraba poco, ahora se intenta conservar ese tesoro el mayor tiempo posible. Mucha ciencia y mucha tecnología apuntan sus cañones sobre este objetivo. Cirugía plástica, regímenes adelgazantes y conservadores de la salud, técnicas gimnásticas, transplantes de cabello, lentes de contacto, masajes e incluso técnicas que desde lo psíquico prometen mantenerse joven en cuerpo y alma.
Cuando la técnica no puede más, el cuerpo cae abruptamente de la adolescencia, supuestamente eterna, en la vejez sin solución de continuidad. Cae en la vergüenza, en la decadencia, en el fracaso de un ideal de eternidad. Podemos entonces preguntarnos: ¿qué ha pasado con el duelo por el cuerpo de la infancia que hacía el adolescente moderno, adolescente que sólo era un pasaje desde la niñez aun ideal adulto? El adolescente posmoderno deja el cuerpo de la niñez pero para ingresar de por sí en un estado socialmente declarado ideal. Pasa a ser poseedor del cuerpo que hay que tener, que sus padres (¿y abuelos?) desean mantener, es dueño de un tesoro. Si tomamos como metáfora el cuerpo arquitectónico de la ciudad, y el reciclaje posmoderno en vez de la piqueta, la mezcla de lo viejo con lo nuevo, a nivel de la persona adolescente resulta que el cuerpo infantil no es totalmente reemplazado por un cuerpo adulto, hay una mezcla y modificación parcial de ciertas características. Por la tanto no habrá una idea neta de duelo, de sufrir intensamente la pérdida del cuerpo de la infancia. ¿Puede haber un duelo por el cuerpo perdido o "no hay drama"?
b. El duelo por los padres de la infancia
Los padres de la infancia son quizás los únicos "adultos" en estado puro que se encuentran a lo largo de la vida. Se los ve como tales, sin fisuras. Ir creciendo significa, en cambio, descubrir que detrás de cada adulto subsisten algunos aspectos inmaduros, impotencia, errores. La imagen de los padres de la infancia es producto de la idealización que el niño impotente ante la realidad que lo rodea y débil ante ellos desarrolla como mecanismo de defensa. A menudo esa idealización es promovida por los mismos padres quienes obtienen satisfacción de ser admirados incondicionalmente por ese público cautivo a quien también pueden someter autoritariamente. Ir creciendo, convertirse en adulto significa desidealizar,  confrontar las imágenes infantiles con lo real, rearmar internamente las figuras paternas, tolerar sentirse huérfano durante un período y ser hijo de un simple ser humano de allí en más. Pero este proceso también ha sufrido diferencias. Los padres de los adolescentes actuales crecieron en los años, incorporaron un modo de relacionarse con sus hijos  diferente del que planteaban los modelos clásicos, desarrollaron para sí un estilo muy distinto del de sus padres. ¿En qué residen esas diferencias? En lo referente a sí mismos estos padres buscan como objetivo ser jóvenes el mayor tiempo posible, desdibujan al hacerlo el modelo de adulto que consideraba la modernidad. Si ellos fueron educados como pequeños adultos, vistiendo en talles pequeños ropas incómodas para remedar a los adultos, ahora se visten como sus hijos adolescentes. Si recibieron pautas rígidas de conducta, comunes por entonces a toda una generación, al educar a sus hijos renuncian a ellas, pero no generan otras nuevas muy claras, o por la menos cada pareja de padres improvisa, en la medida en que la necesidad la impone, alguna pauta, a veces tardíamente. Si fueron considerados por sus padres incapaces de pensar y tomar decisiones, ellos han pasado a creer que la verdadera sabiduría está en sus hijos sin necesidad de agregados, y que su tarea es dejar que la creatividad y el saber surjan sin interferencias. Si sus padres fueron distantes, ellos borran la distancia y se declaran compinches de sus hijos, intercambiando confidencias.
A medida que fue creciendo, el niño de estos padres no incorporó una imagen de adulto claramente diferenciada, separada de sí por la brecha generacional y cuando llega a la adolescencia se encuentra con alguien que tiene sus mismas dudas, no mantiene valores claros, comparte sus mismos conflictos. Ese adolescente no tiene que elaborar la pérdida de la figura de los padres de la infancia como lo hacía el de otras épocas. Al llegar a la adolescencia está más cerca que nunca de sus padres, incluso puede idealizarlos en este período más que antes. Aquí difícilmente haya duelo y paradójicamente se fomenta más la dependencia que la independencia en un mundo que busca mayores libertades.
c. El duelo por el rol y la identidad infantil
¿Qué significa ser niño? Ser dependiente, refugiarse en la fantasía en vez que afrontar la realidad, buscar logros que satisfagan deseos primitivos y que se obtienen rápidamente, jugar en vez que hacer esfuerzo. Si describimos al niño en edad de incorporarse a un jardín de infantes, nos encontramos con alguien que se cree capaz de logros que en su mayoría no le son posibles y ante los cuales sufre heridas muy fuertes en su autoestima, una personita incapaz de esperar para lograr lo que quiere y un ser humano a quien no le importan  demasiado los otros miembros de su especie en la medida en que no es capaz de compartir nada con los.
Llegados a este punto parece imprescindible diferenciar dos conceptos psicoanalíticos que suelen confundirse: el de yo ideal y el de ideal del yo. Ante una imagen de sí mismo real poco satisfactorio, muy impotente, el niño pequeño desarrolla una imagen ideal, un yo ideal en el cual refugiarse. Esta estructura se organiza sobre la imagen omnipotente de los padres y ante una realidad frustrante que promueve esa imagen todopoderosa de sí mismo confeccionada a imagen y semejanza de sus mayores, la cual le permite descansar, juntar fuerzas y probar de nuevo ante un error. En los desarrollos normales ese yo ideal se va acotando a medida que la realidad le muestra sus límites.
Los padres primero y los maestros después tienen la difícil tarea de provocar la introyección de otra estructura, el ideal del yo. Este aspecto del superyo es un modelo ideal producido por los mayores para él, es el modelo de niño que los demás esperan que sea. Si el yo ideal es lo que él desea ser, el ideal del yo es lo que debe ser y a quien le cuesta muy a menudo parecerse. Ese ideal del yo también manifiesta sus propios valores: esfuerzo, reconocimiento y consideración hacia el otro, así como postergación de los logros. Tradicionalmente este trípode ha sido la base de la educación preescolar.
¿Qué ocurre con el adolescente? En esa época de la vida se termina de consolidar el ideal del yo, para ello confluyen los padres, los docentes y la sociedad en su conjunto. Pero ¿qué ocurrirá si la sociedad no mantiene los valores del ideal del yo, si en cambio pone al nivel de modelo los valores del yo ideal?
Pensemos en lo que los medios difunden constantemente: aprendizaje, dietas, gimnasia sin el menor esfuerzo; tarjetas de crédito, facilidades, compra telefónica para no postergar ningún deseo, artículos únicos, lugares exclusivos, competencia laboral que significa eliminar al otro. Estos son los valores del yo ideal que en otras épocas podían que en la fantasía pero no ser consagrados socialmente.
La sociedad moderna consagraba los valores de un ideal del yo: la idea de progreso en base al esfuerzo, el amor como consideración hacia el otro, capacidad de espera para lograr lo deseado. Sin duda los valores del yo ideal también existían pero eran inadmisibles para ser propagados socialmente.
En la sociedad posmoderna los medios divulgan justamente los valores del yo ideal, es decir que allí donde estaba el ideal del yo está el yo ideal y hay que atenerse a las consecuencias.
Si se acepta este planteo, de él se deduce que los valores primitivos de la infancia no sólo no se abandonan sino que se sostienen socialmente, por lo tanto no parece muy claro que haya que abandonar ningún rol de esa etapa al llegar a la adolescencia Se podrá seguir actuando y deseando como cuando se era niño, aquí tampoco habrá un duelo claramente establecido.
Por otra parte, se sostenía que la identidad infantil perdida daba paso a la definitiva en un largo proceso de rebeldía, enfrentamiento y recomposición durante la adolescencia. El concepto de pastiche posmoderno parece modificar esta idea. La identidad se establecería no por un mecanismo revolucionario que volteara las viejas estructuras sino por el plagio que conforme el pastiche sin mayor violencia, sin cambios radicales. La nueva identidad se estructura ría sin que apareciera la idea neta de un duelo, en tanto no habría una pérdida conflictiva que lo provocara.

Adolescencia e identidad (YUNI-URBANO)

El ser humano transcurre su ciclo vital en una secuencia de faces o etapas de crecimiento caracterizadas por periodos de “relativa” estabilidad y periodos de grandes cambios, los cuales están acompañados de crisis. Crisis es “aquel momento de cambio que implica la alteración de un modo habitual de funcionamiento y supone un desequilibrio que produce inestabilidad psicológica, lo que impulsa al sujeto a la búsqueda del restablecimiento de un estado armónico de funcionamiento y a la adquisición de una nueva organización interna”. La adolescencia representa una crisis evolutiva o crisis del desarrollo que compromete los aspectos biológicos, emocionales y psicológicos, como asi también aquellos aspectos de índole social inherentes a todo ser humano.
La adolescencia es considerada como una “etapa de duelos” por los cambios acontecidos en su transcurso. Entendiendo por duelo “aquel proceso de dolor desencadenado por la pérdida de un atributo o condición ya sea este real o fantaseado”. Esta etapa supone para el sujeto la elaboración de un proceso dual: la “separación” de aspectos viejos y la “incorporación e integración” de nuevos atributos. Ello exige al adolescente reformular la apreciación, el concepto de si mismo y la propia identidad personal.
Sin embargo, ese esfuerzo de reformulación puede llevar a resultados diferentes. Puede hacerse de una forma positiva y satisfactoria que le permita al adolescente conformar exitosamente una identidad individual y social para ingresar al mundo adulto. También puede darse de tal forma que genere malestar y sufrimiento, situación que ocasiona la posibilidad de desintegración de la propia identidad, de adquisición de identidades falsas o prestadas, hechos que se manifiestan en desadaptaciones, transitorias o permanentes, según sea la particularidad del caso. Las resoluciones deficientes de los duelos adolescentes hacen que el sujeto llegue a la adultez con una identidad personal “lábil” (Poco estable, poco firme en sus resoluciones) y con una estructura psicológica inestable cuyas consecuencias afectaran sus posibilidades de desarrollo futuro.
La formación de la identidad es un continuo, es una cualidad del ciclo de desarrollo evolutivo. El aparato psíquico comienza a estructurarse a partir de la vida intrauterina y se la va re-configurando en cada etapa del desarrollo, en un proceso dinámico y permanente que se produce a lo largo de toda la vida.
En la adolescencia se rompe el equilibrio logrado durante la infancia. El cuerpo se transforma en un espacio en el que confluyen nuevas exigencias biológicas y sociales, convirtiéndose en el área en el que se depositan sensaciones y experiencias de indiscriminación, similares a las que presentan los niños en los primeros años de vida. La adolescencia se caracteriza por una serie de conflictos centrados en las siguientes problemáticas.
a)    La adquisicion de un nuevo cuerpo adultizado, no “coincide” con el cuerpo conocido.
b)    El aprendizaje de nuevos roles sociales que no coinciden con los roles familiares y sociales propios de la niñez.
c)    La asunción de nuevas identificaciones que no coinciden con las identificaciones infantiles.
Estas “no coincidencias” generan ansiedad e indiferenciación, sensaciones que expresan la confusión que vive el adolescente entre el mundo infantil y el mundo adulto, entre fantasía y realidad, entre masculino y femenino. Para tolerar la angustia y ansiedad que le producen estos cambios, el sujeto recurre al pensamiento lógico-formal, que se sirve de la fantasía para disminuir el caos que se produce entre el mundo interno y el mundo externo.
En la medida que el sujeto transita la adolescencia va elaborando este estado de confusión e indiferenciación estableciendo el contacto con la realidad- interna y externa- más discriminada.   Elabora de este modo una “síntesis de si mismo”, decir logra conformar, una nueva identidad joven-adulto. Sin embargo, hasta lograr esta síntesis el adolescente atraviesa por estados de inestabilidad y contradicción que se corresponden con la multiplicidad de aspectos que ha incorporado del medio social que hacen que se vivencie a si mismo y, que se manifieste hacia los demás, como varios personajes, sin saber “quien es” el auténticamente. La construcción del concepto de “si mismo” solo es posible si el sujeto adolescente decide internamente abandonar la estructura infantil que hasta ese momento determinaba su manera de funcionamiento y tratar de alcanzar un nuevo equilibrio.
Como se observa, la crisis de la Adolescencia es una crisis centrada en el logro de una identidad personal y social. La “identidad personal” supone una síntesis e integración de las autodefiniciones que el sujeto tiene de si mismo, es decir la forma que el sujeto se define, se describe e interpreta en tanto ser único y particular. La identidad permite tener conciencia plena de quien es uno y a donde pertenece. Sin embargo, la identidad personal se construye en el interjuego e interacción que se produce en el auto-reconocimiento y el hetero-reconocimiento. El modo en que el adolescente se ve a si mismo, el modo en que cree que lo ven los demás y el modo en que lo define su entorno, generan una serie de imágenes, de valores, de formas de representarse a si mismo, que constituyen una rica y variada fuente de modelos de identificación. Esa variedad obliga al sujeto a efectuar elecciones y a adoptar algunos de ellos para construir su identidad personal.
La identidad personal en tanto síntesis de la mismisidad, unidad y continuidad de un sujeto en el ciclo vital, contiene la “descripción de que los individuos ven cuando se miran a si mismos en términos de sus características físicas auto-percibidas de su personalidad, sus habilidades, sus rasgos, sus roles y su estatus social” (Rice, 2000)
La definición que hemos dado de la identidad personal pone énfasis en su relación con el autoconcepto, es decir con el conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el sujeto tiene de si mismo. El autoconcepto  esta constituido por dos componentes; los cognitivos y los evaluativos. Los primeros hacen referencia a las creencias que el sujeto respecto de su imagen corporal, su identidad social y de las habilidades psicosociales que considera que posee. Los segundos aluden al conjunto de sentimientos positivos y negativos que el sujeto posee sobre si mismo y que conforman su autoestima. Ambos componentes cognitivos y evaluativos, se encuentran condicionados tanto por factores psicológicos de personalidad como por la imagen que el sujeto considera que los demás tienen sobre el. Sobre el autoconcepto influyen tres aspectos que se relacionan entre si: la imagen corporal, la autoestima y la valoración social que el sujeto se atribuye.
Los diferentes conceptos de “si mismo” pueden variar a través del tiempo, o según las situaciones particulares en que el adolescente ejercite sus roles individuales o sociales. Los autoconceptos pueden corresponderse o no con la realidad ya que pueden constituirse a partir de una percepción fantaseada de quien es uno en determinada situación familiar o social, o de como es el propio contexto, o pueden ajustarse con mayor realismo a la situación existencial del sujeto.

En definitiva, como sostiene Erikson “el adolescente necesita darle a su proceso de cambios una continuidad dentro de la personalidad, por lo que establece la búsqueda de un nuevo sentimiento de continuidad y mismidad”. Se desprende de lo dicho que la identidad es un sistema abierto, permeable al cambio, que se conforma en un proceso dinamico en el que interactúan aspectos individuales- estructurantes y estruturales- y aspectos provenientes de la sociedad, la cual se encuentra representada por la familia, los grupos e instituciones. La identidad le permite al sujeto individual crearse un sentimiento interno de mismidad y continuidad, la que es reconocida por el sujeto como por su entorno y que traduce en el saber quien soy.



Trabajo Practico 

A partir de la lectura del texto: Adolescencia, Posmodernidad y Escuela Secundaria de Guillermo, 
A. Obiols y Silvia Di Segni de Obiols. Cap. 6: “Los duelos en la adolesencia”,  cap 10: “¿Hay 
duelos en la posmodernidad?” y Adolescencia e identidad de Yuni-Urbano conteste las siguientes preguntas.
1) ¿Cómo define duelo Armida Aberastury, y que procesos implica?
2) Aberastury cita que el adolescente debía superar tres duelos, ¿cuáles son estos?
3) ¿Cómo caracteriza Obiols la adolescencia posmoderna?
4) ¿Se dan los duelos en la posmodernidad tal como los postulaba Aberastury para la 
modernidad?
5) ¿Cual es la postura que toman Urbano-Yuni?